miércoles, 13 de febrero de 2013

El Sueño de Dios









Escucho a Dios Cada Día.

Es agradable ver que los sueños se hacen realidad, pero los necios se niegan a abandonar el mal para alcanzarlos.  
Proverbios 13:19 (Nueva Traducción Viviente)

“Y a Dios, mi Diseñador. Te doy gracias por escribir tu historia en mi vida a pesar de mis rebeldías por escribir la mía.”  
Max Lucado.

¿Quién pudiera tener tan poca imaginación para decir: “Nunca he soñado”? Creo que nadie que haya pasado por este planeta pueda afirmar no haber soñado nunca. Desde pequeños no enseñaron a soñar: algunos soñaban con ser doctores, los amantes de los animales soñaban con ser veterinarios, los que tenían facilidad para las artes escénicas soñaban con protagonizar  películas para el cine, los que tenían gran capacidad mental y de liderazgo soñaban con ser Presidente de su nación, los que tenían el gen deportivo soñaban con ser las estrellas de su equipo favorito (Yo era uno de esos, ahora sueño con al menos visitar Barcelona, España para ver un juego del Barcelona FC  en el  Camp Nou y viajar a New York para ver un juego de los Yankees en el Yankee Stadium), y los que somos cristianos desde pequeños y teníamos talentos musicales soñábamos con hacer una Banda Cristiana para viajar alrededor del mundo llevando la Palabra de Dios (de seguro tu también hiciste el intento o todavía sigues intentándolo).

Todos soñamos. La pregunta que hoy hago es: 
¿Nos hemos detenido a pensar cuál es el sueño de Dios 
para nuestras vidas?
 Me parece ilógico decir que le hemos entregado nuestra vida a Dios cuando queramos cumplir nuestros sueños y no los de Él. Creo que todos deberíamos preguntarnos ¿Este sueño es mío o de Dios? 



Como he dicho en varias ocasiones en este blog, soy un usuario asiduo del twitter (puedes seguirme en este enlace https://twitter.com/rogerbarca)  En esta red social sigo a muchos personas cristianas (en especial jóvenes líderes) que ponen un remarcado énfasis en “los sueños” como si todos los sueños que tenemos provinieran de Dios. Debemos tener mucho, muchísimo cuidado con esto. Soy de los que piensa que NO todos los sueños, metas o aspiraciones que tenemos provienen de nuestro Padre Celestial. Muchos opinan que si Dios nos dio la capacidad de soñar entonces todos los sueños son de Dios, esta es una creencia muy peligrosa porque debemos recordar que también Dios nos dio la capacidad elegir si pecar o no, y no por ello Dios quiere que pequemos.

Dios nos dio la capacidad de pensar, de sentir y de actuar pero también nos dejo su Palabra para guiar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras acciones. Insisto en preguntarte ¿Ese sueño que tienes es tuyo o de Dios? ¿Cómo nació? ¿De dónde surgió? ¿Te ayuda a conectarte mejor con Dios? Hay muchas preguntas que hacernos cuando tenemos un sueño para poder estar seguros de que ese sueño es el Sueño de Dios para nuestras vidas.

No quiero ser “El Matasueños” ni el “Exterminador de sueños” y mucho menos un Freddy Krueger, pero si creo firmemente que muchas veces nos equivocamos pensando que nuestro sueño es el sueño de Dios simplemente porque es algo bonito o está relacionado con la Iglesia. Lo digo porque me pasó muchas veces. Cuando tenía cerca de 15 o 16 años aprendí a tocar el bajo, paso poco tiempo y empezó a oírse mucho una banda de música cristiana totalmente innovadora, el nombre de la Banda: ROJO. Con el pasar del tiempo, comencé a hacerme la idea de que podía ser el sucesor de Emmanuel Espinosa construyendo mi propia banda cristiana (No se rían ¡Ja!). Hacer una banda cristiana se oía bien: Viajar por el mundo, hoteles lujosos, predicar el evangelio haciendo lo que más me gustaba: Música. Pero con el tiempo descubres que no es tan fácil y que sin el Apoyo de Dios se complica todo. Después que estuve en varias Bandas, y no me llevaron de viaje por el mundo fue que me di cuenta que ser el Sucesor de Emmanuel Espinosa no era lo mío. Después de mucho tiempo me preguntaba a mi mismo ¿Por qué yo pensaba predicar el evangelio en otros lugares del mundo cuando nunca le había hablado a alguien de Dios fuera de la Iglesia?

Entendí que cuando somos muy jóvenes (a los adultos también les pasa) se nos olvida estudiar todos los aspectos y confiamos en lo que dice “nuestro corazón”. Grave error: confiar en lo que te dice el corazón. Les digo algo que puede cambiar su forma de ver la vida:  

NO confíes en tu corazón, confía en Dios. 

"Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá?" Esto no lo digo yo, lo dijo Dios en Jeremías 17:9. Diríamos en twitter: Hay malas ideas, muy malas ideas y confiar en tu corazón. No es confiar en lo que dice tu corazón, es confiar en lo que te dice Dios. No es seguir la voz de tu corazón, es seguir la Voz de Dios. No son los sueños de tu corazón, son los sueños de Dios. No es tu voluntad, es la voluntad de Dios.

El mayor enemigo de los Sueños que Dios tiene para ti son tus propios sueños. He aquí unos posibles casos:

  • Dios sueña con que seas el presidente de tu nación, y tú quieres hacer tu propio reality show cristiano.

  • Dios desea que seas líder del ministerio infantil, y tú lo que quieres es ser líder de jóvenes.

  • Dios desea que dirijas una Casa Hogar, y tu lo que quieres es hacer tu propia empresa.

  • Dios desea que construyas escuelas, y tu lo que quieres es hacerte una casa más grande.

  • Dios desea que seas Líder de Alabanza en tu iglesia, y tu empeñado en ser pastor.

  • Dios desea que enseñes la palabra de Dios a los jóvenes, y tú soñando con jugar con la Vinotinto.

  • Dios desea que seas Pastor en la Iglesia, y tú queriendo hacer tu banda cristiana.

Así como estos hay muchos casos donde los sueños de Dios y nuestros sueños no convergen. Hay muchos buenos proyectos en los cuales participar pero solo necesitamos ser parte del que Dios quiere. A veces estamos en tantas actividades que no rendimos en esa tarea que Dios creó específicamente para nosotros. Hay sueños que lo único malo que tienen es que no son el sueño de Dios para nosotros, y eso es lo suficiente malo como para abortar esa misión. Los dos últimos casos son los sueños que Dios tiene para mí, y los sueños que yo pensaba que Dios tenía para mí. Dios sabe qué es lo mejor para nosotros, nosotros solo creemos saberlo. Jeremías 29:11 (NTV)  Nos dice uno de los pasajes más esperanzadores de la Biblia:
Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.
Si hay alguien que tiene un buen plan, ese es nuestro Dios. Dios tiene los mejores sueños para nosotros, nosotros solo tenemos que conocer ese sueño y trabajar sabiendo que Él nos está ayudando.
Es agradable ver que los sueños se hacen realidad, pero los necios se niegan a abandonar el mal para alcanzarlos.  
Proverbios 13:19
En muchas ocasiones ese mal que los necios se niegan a alcanzar es su propio sueño, sus propias metas y sus propios objetivos, digo esto porque si no es lo que Dios quiere para nosotros, sencillamente NO es bueno.
No te desanimes porque tenemos un Dios tan amoroso que es capaz de regalarte tu sueño cuando hayas hecho realidad el sueño que él tiene para ti. Mateo 6:33 dice (RV60) Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Encárgate de cumplir con el sueño de Dios que él podrá hacer realidad también tus sueños. Eso si te digo, después que comienzas a trabajar por el sueño que Dios tiene para ti, cualquier otro sueño (propósito o meta) perderá el encanto que tenía porque estarás cumpliendo el objetivo por el cual Dios te creó.

¿Estás seguro de que tu sueño es el sueño de Dios?
Ten cuidado con el corazón, no sea que te estés engañando a ti mismo.
Busca su voluntad en todo lo que hagas y
 Él te mostrará cual camino tomar.
No dejes que tus sueños se interpongan 
en el sueño de Dios para tu vida.
Dejemos que Dios escribe su historia en nuestras vidas, porque sin lugar a dudas: 
Dios es el mejor escritor de historias.
No hay una mejor forma de vivir 
sino viviendo el sueño de Dios para nosotros.

   
Recordatorio.
 
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Dios les siga bendiciendo.


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