
¡Feliz
Navidad! Espero que el día de ayer haya sido de mucha armonía, paz, generosidad y alegría en nuestra familia, y que el amor de Dios se haya derramado en
cada hogar donde Jesucristo haya sido declarado como Rey y Señor. Hoy haré otra excepción a la temática de los
proverbios para seguir compartiendo sobre la Navidad. Es que la Navidad es un tiempo hermoso que a casi
todos nos agrada. Eso sí, está lleno de muchas cosas que hacer. Disfrutar,
cantar, orar, comer, comprar, trabajar, dar, regalar, recibir, ayudar, adorar, comer,
visitar, amar, jugar, estrenar (importantísimo para los venezolanos), estudiar
(solo los que les gusta prepararse bien), comer (¿ya dije comer?), pensar,
reflexionar, entre otras acciones que van llenando nuestra agenda en este mes. Personalmente
me agrada pensar y reflexionar sobre lo que hizo Dios al enviar a su Hijo a
morir por nosotros, lo que me dice Romanos
5:8 (NTV) sigue sorprendiéndome (y espero que a ti también) “pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir
por nosotros cuando todavía éramos pecadores.” Ante esto, solo
puedo agregar algo ¡Tenemos a un Dios
maravilloso, y por encima de eso, ¡nos ama!
Hace
poco, el día 20 de diciembre (Si, un día antes del “fin del mundo” ¡Ja!) me
tocaba predicar en la congregación y consultando con Dios sobre qué era lo que
se debía compartir esa noche; yo pensaba
predicar sobre el fin de la vida (¿por qué no?), pero siguiendo la Voz de Dios, compartí una
palabra sobre el Nacimiento del Mesías,
el Autor y consumador de la fe, el verbo hecho carne, si, el nacimiento de Jesús; y como siempre digo: cuando predicamos o
enseñamos aprendemos más, siempre el
primero que aprende es el que lleva el mensaje de Dios porque sencillamente, también
lo necesita (incluso a veces lo necesita más que la congregación ¿o no?). Haciendo, mejor dicho, recibiendo este
mensaje, les quiero compartir lo que
aprendí de algunos de los que participaron en el nacimiento de Jesús.
¿Has visto un Nacimiento Viviente?
Lo más probable es que si. Una escenificación que se hace sobre el nacimiento
de Jesús donde participan María, José,
El Ángel Gabriel, Los pastores,
una multitud de ángeles, Los 3 Reyes magos ( Si, ya sé, que no
se sabe si eran 3, o si eran reyes o magos, y que son llamados los sabios del
oriente pero espero que esto lo esté leyendo alguien que no viva metido en la
Biblia y pueda comprenderlo mejor al hablarle de algo que ya debe tener alguna
referencia) y, con el papel protagónico de Jesús.
Yo también los he visto, y he visto muchos más de los que recuerdo; es que mi
mamá es una Pastora de niños y todos los años (desde que tengo memoria) hace un
nacimiento viviente con niños o jóvenes (a veces hace una mezcla), y yo como
Hijo de Pastor, me ha tocado participar en todos de alguna u otra forma. En fin,
aquí les comparto lo que aprendí de:
María. En
Lucas 1:26-38 narra la
extraordinaria presencia que vivió María cuando el ángel Gabriel fue enviado a decirle que iba a ser la mamá del
Salvador. María al principio se
asustó cuando vio al ángel (¿quién no se asustaría?) y quedo perpleja cuando le
dijeron que sería la madre del mesías. Por supuesto, María realizó la pregunta
que cualquier persona haría: “¿Cómo será
esto? Si soy virgen”. Me gusta que lo preguntara porque así el ángel
nos reveló lo que hace (y puede todavía hacer) el poder del Espíritu Santo.
¿Sabes qué puede hacer? Sencillo. Nos lo dice en el ángel en el verso 37: porque NADA hay imposible para
Dios. No hay algo que Dios
no pueda hacer por ti. Entender esto es vital para vivir la vida cristiana.
No metas a la razón en esto. Es solo tener fe en que Dios lo puede hacer. En el
verso 38 explica lo que aprendí de
María. Entonces María dijo: He aquí la sierva del
Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.
Repito: Hágase conmigo conforme a su palabra. Lo que aprendí de María es a vivir conforma a la Palabra de Dios. ¿Podríamos
hacerlo una norma de vida? ¿Podríamos repetirlo todos los días? Que se haga
conforme a lo que Dios quiere. Antes de hacer cualquier actividad, antes de
tomar cualquier decisión: Hágase conmigo conforme a tu palabra. Conforme a lo
que Dios quiere que hagas.
José.
En Mateo 1:18-25 nos dice la Biblia
un poco lo que pasó con José. Y es de imaginarse, que venga María a decirte que
va a suceder con ella lo que NUNCA se ha visto puede resultar algo complicado
¿no te parece? El Hijo de Dios estaba en el vientre de María, aunque muchos
pensaban que si el niño no era de José entonces era el hijo del vecino de José
(chiste cruel) pero como dicen por ahí: “pueblo
chiquito infierno grande”. El chisme y la murmuración debe haber sido
terrible (si lo es hoy en día cuando hay tanto libertinaje imagínate para aquel
entonces) José llenó de dudas, pensando en dejar a María hasta que Dios envía a
el ángel y José puede vivir con su conciencia tranquila. Dios siempre llega en el momento justo, no antes, no después,
cuando ya José iba a hacer las maletas, ahí se apareció el ángel explicándole
todo. ¿Qué aprendí de José? Lo que aprendí de José fue obedecer al
instante. En Mateo 1:24 dice:
“y despertando
José del sueño, hizo como el ángel del Señor le había mandado, y recibió
a su mujer.” Esto a veces se
torna difícil. Obedecer aunque las personas a tu alrededor te inciten a lo
contrario. Cuando las cosas no parecen tener mucho sentido, allí es donde Dios
prueba nuestra fe, y nuestra obediencia a él. José fue obediente allí y también
después que nació Jesús. En Mateo 2:13-19,
Herodes quiere matar a Jesús para que “no ocupara su lugar como rey” y otra vez
José durmiendo (medio dormilón él ¡Ja!), en sueños se le aparece el ángel y le
dice que huya porque quieren matar al niño. Me impresiona el verso 14: “Y él,
despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto” eso
fue al instante, eso es obediencia. Obediencia que nos ha salvado a nosotros
porque querían matar al salvador. Piensa
en esto: José salvó a Jesús para que Él nos salvara a nosotros (y también
lo salvara a él) Además Jesús fue obediente hasta la muerte. Aquí vemos que en José tuvo un buen
ejemplo.
Los pastores y los ángeles. En Lucas 2:8-20 nos dice la Biblia que habían pastores alrededor de
Belén “Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes
celestiales, que alababan a Dios, y decían ¡Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” Me llama
mucho la atención que a lo largo de la historia y de la Biblia no recuerdo
algún otro momento donde se diga que había una multitud de ángeles (y díganme si
hay otro episodio porque no recuerdo). En ningún otro pasaje conseguí algo
parecido; es que SI fue tan trascendental el nacimiento de Jesús que ¡hasta los ángeles no se aguantaron estar
en el cielo y vinieron a ver a su Rey en forma humana! Los pastores, luego
de ver y oír semejante espectáculo, fueron a Belén apresuradamente, vieron a Jesús, “Y
volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas
las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.” Lucas 2:20.
Lo
que aprendí de los pastores y los ángeles es que, ante Dios, no podemos
hacer otra cosa que alabarle. Vale la pena dejar de hacer lo que estemos
haciendo por alabar a Dios con todo. Dios es tan bueno con nosotros, que no
podemos dejar de alabarle por todo lo que ha hecho y seguirá haciendo en
nuestras vidas. Las alabanzas a Dios siempre serán bien recibidas.
Los Reyes Magos. En Mateo 2:1-11 nos dice la Biblia que vinieron del Oriente
preguntando ¿Dónde está el rey de los judíos? Herodes se vuelve como
loco y los envía a Belén con tal de que le digan la ubicación exacta del bebe
(y no para adorarlo precisamente). Así que siguieron la estrella y dice la
biblia en Mateo 2: 10-12 que: Y al
ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo. Y al entrar en la
casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron;
y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y
mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no
volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
No sé porqué pero siempre el personaje que mas me gustaba
hacer en el nacimiento era el de los reyes magos, a lo mejor era por el hecho
de que tenían coronas, o porque ofrecían oro, o porque fue el primer personaje
que interprete; lo que ahora te puedo decir lo que aprendí de estos sabios del Oriente fueron muchas cosas.
Aprendí que para adorar a Dios a veces tenemos
que realizar sacrificios y viajar muy largas distancias. En algunas
oportunidades nos quejamos de lo lejos que queda nuestra congregación o si es
muy complicado llegar a ella. Hagamos un esfuerzo. Comparado con los tiempos
antiguos, tenemos todo en bandeja de plata para servir a Dios en nuestras
iglesias.
Aprendí que no importa la posición (social o
ministerial) que ocupemos, ante Dios todos nos vemos en la necesidad de
postrarnos, y no solo nuestro cuerpo sino lo más importante, nuestro corazón.
Aprendí que no
hay adoración sin entrega. Si adoramos a Dios tenemos que entregarle
algo, darle algo, y no solo eso, darle lo mejor. Si vamos a adorar a Dios
tenemos que abrir nuestro tesoro, y ese es nuestro corazón. Lo mejor que
tengamos, eso es lo que Dios quiere. Dios quiere que le demos nuestra vida,
pues démosle nuestra MEJOR VIDA.
Y por último pero no menos importante, sino todo lo
contrario, el protagonista, el único protagonista de esto que llamamos VIDA:
Jesús. ¿Qué más podemos decir de Jesús? Creo que el Apóstol Pablo en su carta a los Filipenses (2:6-11) nos lo explica sin necesidad de agregar más.
el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó
a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual
Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre,
para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;
y toda lengua confiese que
Jesucristo es el Señor, para gloria
de Dios Padre.
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