He aquí, una virgen concebirá y dará a luz
un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con
nosotros. Mateo 1:23
Como dicta el encabezado de este blog “Un lugar donde reflexionar sobre la
sabiduría celestial que emana la Palabra de Dios, centrándonos mayoritariamente en el
libro de Proverbios” hoy NO
escribiré sobre ningún proverbio debido a la fecha en la que estamos, no puede
pasar debajo de la mesa. Estamos en Navidad y el mundo entero celebra (sea o no
el día correcto) el Nacimiento de Jesús. Un nacimiento que la historia dividió
y cambió el rumbo de la humanidad para siempre. Es bien sabido que hay personas
que no están de acuerdo con celebrar la navidad por diversos motivos. Algunos
alegan que en sus inicios fue una fiesta pagana (es cierto lo de la fecha),
otros expresan que celebrar la Navidad es adorar a Santa Claus, otros dicen que
Jesús no nació un 25 de diciembre (lo cual es cierto), y otros dicen que Jesús
no mandó a recordar su nacimiento sino solo su muerte (también es cierto). Al
final, todo depende de qué es lo que
cada quien celebra.
Personalmente celebro que nació Jesús. Si,
Emanuel, Dios con nosotros. Dios se hizo hombre para relacionarse con el hombre
y no solo eso, para salvarlo. Pregunto, ¿No
es algo para celebrar? Celebramos
los cumpleaños, celebramos cuando gana nuestro equipo de fútbol o beisbol
favorito, celebramos cuando alcanzamos un ascenso en el trabajo o cuando
alcanzamos un grado académico, entonces, ¿No es para celebrar y en grande que
El Salvador de la humanidad vino al mundo? Repito:
Todo depende de que es lo que cada quien celebra. Porque tenga un árbol de navidad en la casa no
quiere decir que quiera ser druida o que ya lo sea, porque si cada árbol del mundo es símbolo druida
entonces no sé de qué material vamos a hacer los lápices, los muebles, las
mesas entre otros objetos. Que tenga un Santa Claus en la casa no quiere decir
que ahora le rinda culto a Santa Claus y le haga oraciones ni nada por el
estilo. Por ahí leí que hasta las bolas que se guindan de los árboles de
navidad son malas porque son de origen egipcio y representan a su “dios solar”.
¿Qué tal? Prácticamente entonces no podemos jugar ningún deporte con balones
porque estaríamos usando a un dios egipcio. Es algo tan insólito que es
probable que el beisbol y el fútbol si sean visto con buenos ojos porque se
trataría a los “dioses solares” con bates y patadas (seguramente un nuevo nivel
de guerra espiritual ¡ja!)
¿Saben qué? (asocia: Miss Venezuela, 2012, ronda
de preguntas, Ismael Cala, ¿ya? ríase pues) la gran mayoría de plantas,
animales y cualquier cantidad de objetos, incluso fechas han sido utilizadas
por el diablo para sus propósitos malignos. Si por eso no podríamos hacer uso
de ellos, ¿entonces? ¿Qué vamos a hacer en este mundo?
Un ejemplo simple: Las
velas son usadas en muchos rituales satánicos. Pregunto entonces, ¿No podemos
usar las velas? ¿Qué vamos a hacer los venezolanos cuando se vaya la
electricidad y no tengamos linternas? Otro ejemplo: las calabazas son usadas en
Halloween. ¿No podemos comer calabazas? Y
lo de los dioses paganos es
interminable, sino pensemos que los indígenas adoraban al sol (los egipcios también),
¿no podemos salir en el día porque estaríamos disfrutando de un dios egipcio? Esa
forma de pensar sólo ofrece una solución: vivir fuera de este mundo, mejor
dicho, de esta galaxia (literalmente)
porque también habían personas (quiero creer que ya no) adoraban al sol, la
luna y las estrellas.
Insisto,
todo depende de qué es lo que cada quien
celebra. Es cierto que Jesús no nació en diciembre, pero yo celebró que Jesús nació, el día, el mes, incluso
el año en que haya ocurrido (no quiero añadir más incertidumbre al tema pero ahora
surgen dudas si el año 0 es el año 0 ¡Ja!) es que no hemos recibido un regalo
mejor que ese. Lucas 2:10-11 nos dice: “Pero el ángel les dijo: No
temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el
pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es
CRISTO el Señor.” Que noticia tan maravillosa. Y es que los regalos son
buenos SIEMPRE, no importa la fecha. Si Dios te dijera que te va a regalar un
carro en el 2013, ¿importaría mucho la fecha? (se que algunos estarían pensando
que sería conveniente el 1 de enero del 2013 jaja) pero en realidad la fecha no
importa tanto para Dios como lo importa para nosotros. Dios no está sujeto a
tiempo. Lo que sí es seguro es que (si eres de los cristianos agradecidos) agradecerías
por el auto cada día incluso aún cuando no lo tuvieras todavía estacionado en
el garaje. Dios no nos dio un carro, ni una casa. No nos dio un iPhone o una
cuenta bancaria de varias cifras. Nos dio algo mejor. Nos dio a su Hijo, nos dio la salvación que es
hermosa, grandiosa y maravillosa.
Lo que me resulta más llamativo de esta época es
que la gran mayoría de las personas en el mundo (que no conocen a Dios) están extraordinariamente
abiertas a oír las buenas noticias del evangelio. Y yo soy de los que piensa que cualquier razón
es buena para predicar el nombre de Cristo. El Apóstol Pablo en su epístola a los Filipenses (1:15-18) les dice algo que todavía sigue
retumbando en mis oídos (como las campanas navideñas ¡Ja!): “Algunos, a la verdad, predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. Los unos anuncian a Cristo por contención, no sinceramente, pensando añadir aflicción a mis prisiones; pero los otros por amor, sabiendo que estoy puesto para la defensa del evangelio. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o POR PRETEXTO O POR VERDAD, CRISTO ES ANUNCIADO; Y EN ESTO ME GOZO, Y ME GOZARÉ AÚN.”
¿Cómo no gozarnos si Cristo es anunciado? ¿Cómo no
gozarnos al oir que los villancicos y aguinaldos en su gran mayoría hablan del
Mesías? ¿Cómo no gozarnos al ver películas de Jesús en los canales de TV donde generalmente hay películas con alto
contenido de violencia y lujuria? ¿Cómo no gozarnos si en la mayoría de las redes sociales vemos mensajes de amor y de paz? Yo soy de los que decide gozarse. Me gozo en
Dios y le agradezco cada día por enviar a Jesús a este mundo a vivir y morir
por nuestros pecados. Un Salvador al cual amamos y necesitamos.
Para concluir les comparto algo que leí en un
libro de Max Lucado llamado “Cuando
Dios susurra tu nombre” donde nos
cuenta como le llegó una tarjeta navideña que decía lo siguiente:
Si nuestra mayor necesidad hubiese sido la
información,
Dios nos habría enviado un educador.
Si nuestra mayor necesidad hubiese sido la
tecnología,
Dios nos habría enviado un científico.
Si nuestra mayor necesidad hubiese sido el
dinero,
Dios nos habría enviado un economista.
Pero como nuestra mayor necesidad era la
del perdón,
Dios nos envió un Salvador.
Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al
mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no
se pierda, mas tenga vida eterna.”
Feliz Navidad. Celebremos a Jesús. Navidad es
Jesús.
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