“No
te pongas al nivel del necio, o resultará que el necio eres tú.”
Proverbios 26:4 (TLA)
“A menudo, los que afirman que
hay errores científicos en la Biblia no entienden con claridad ni la ciencia ni
la Biblia” Adrian
Rogers.
Mientras
hacía esta nota me vi en la necesidad de leer algunas notas sobre Dios y su
existencia, no porque no crea en Dios, sino por la cantidad de personas que
podemos encontrar a nuestro alrededor que profesan ser agnósticos o ateos, y te
digo algo: están en su derecho. Tenemos libre albedrío (Dios nos hizo así
jaja), pero cada quién decide que creer
o no. Yo he decidido creer en Dios y creer que la Biblia contiene Su
Palabra, y me imagino que la gran mayoría de los que leen esto también, pero,
no nos engañemos; hay muchos que quieren
las evidencias de que Dios existe, de que Jesús fue real, y de que la Biblia es verdad. Lamentablemente,
muchos no tendrán esas evidencias y por ende nos les espera la Vida Eterna.
Los ateos
sostienen que Dios no existe
principalmente porque su existencia no puede ser comprobable a través de la
percepción por los sentidos, esto los deja en un callejón sin salida (o del que
no quieren salir) porque sabemos que nosotros servimos a un Dios invisible, al
que NO podemos tocar, ni oler, ni
oir, mucho menos saborear con nuestro
cuerpo físico (en lo espiritual es otra cosa, pero para los ateos lo espiritual
tampoco existe).
He
oído muchas frases como:
Ver a Dios en la sonrisa de un
niño con hambre que recibe un pedazo de pan
Oí la voz de Dios que me decía: “No
pierdas la calma” cuando estaba viendo un hermoso atardecer frente al mar
Entre
otras frases que, aunque muy inspiradoras (incluso ciertas para los que creemos
en Dios), a los ateos simplemente no les
da ni un escalofrío. Ellos tienen por lo menos tres maneras de comprobar la existencia de algo: Confirmación
personal, Fuentes de información confiable y Usar el sentido común. Como no pueden
ver a Dios, dicen que la Biblia no es verdad y no les parece lógico que algo
exista cuando no cumplió las otras dos condiciones, entonces concluyen que Dios no existe.
Una
de las grandes enseñanzas con respecto a este tema, me las dio mi hermano y casi
en forma de casualidades. Estábamos en un campamento cristiano de niños hace como cinco años y yo
era uno de los guías. Eran como a 8 niños entre 10 y 12 años bajo mi cuidado, pero no todos eran
cristianos. Había uno de ellos en
particular que tenía un padre ateo, y era la primera vez que iba a la
iglesia o algo así por el estilo. Me acuerdo perfectamente que pasó la primera
noche, y cuando nos levantamos en la mañana yo tenía que dirigirles en un
devocional. Oramos, cantamos, les hablé algo de la Biblia (mi memoria no llega
hasta allí) y empezamos con algunas inquietudes que tenían acerca de lo
estudiado. Ahora recuerdo, estábamos hablando sobre ¿que era orar?, todos
empezaron a opinar, todo muy divertido, hasta que el niño ateo dijo la pregunta que todos hacen: “¿Cómo sabemos que
Dios existe?” para completar el cuadro, tenía un amiguito que era medio
“rebelde” (a los 12 ya tocaba la batería de forma excelente, no estoy diciendo que los bateristas sean
rebeldes pero… jajaja), y empezaron a dar sus razones de por qué Dios no
existía. Yo, un creyente en Dios desde el vientre de mi madre y con otras preocupaciones (por ejemplo quien
iba a a ganar la Liga de Campeones ese año), no profundizaba demasiado en las cosas de Dios, por lo tanto ¡nunca me había planteado tal interrogante!
Yo comencé a hablarle sobre la Biblia y sobre Dios, pero no pude
convencerlos. Cuando ya estaba perdiendo mi poca paciencia, llego mi hermano y les
preguntó: ¿Tú estudias verdad? Si –respondieron- ¿En el liceo tienes
que leer libros verdad? -Claro –dijeron los dos- ¿Cómo saben que lo que
dice el libro es verdad? ¿Conoces a los autores de los libros?
Entonces ellos se quedaron callados, pensando, y mi hermano les dijo: Así
funciona esto, si tú quieres creer o no, es decisión tuya. Los muchachos se
quedaron pensando en eso, y ¡yo también!
Tan
sencillo como cierto. Cada quien decide que creer. Nosotros
hemos decidido creer en Dios y los ateos no. Aunque el pueblo cristiano ha hecho
sus esfuerzos de colocar más científicos cristianos en las diversas ramas de la
ciencia (y con éxito), los ateos simplemente prefieren creer lo que la ciencia les
ha enseñado: Dios no existe. Los cristianos
por lo general usamos el argumento de que el universo (y su compleja
estructura) no pudo haberse formado solo, y que alguien superior (Creador) tuvo
que hacerlo; pero para un ateo, esto no es una prueba contundente de que Dios
exista.
En
el versículo de hoy se nos dice:
No
te pongas al nivel del necio, o resultará que el necio eres tú.
La
definición de necio según RAE http://lema.rae.es/drae/?val=necio
Ignorante
y que no sabe lo que podía o debía saber. Imprudente o falto de razón. Terco y
porfiado en lo que hace o dice.
Cuando
un ateo ignora lo que debería saber con respecto a Dios, se convierte en un necio. Cuando un creyente en Dios ignora lo que
debería saber con respecto a la forma de pensar de los ateos, también se convierte en un necio.
Cuando un ateo o creyente en Dios se pone terco en su forma de pensar y ni
siquiera está abierto al intercambio de ideas, ambos se transforman en necios.
He
tenido el agrado de ver al Dr. Lucas Leys
en varias oportunidades, y he oído como desde hace algunos años viene diciendo que
(aunque a muchos les sangren los ojos cuando lo lean):
DIOS NO EXISTE.
Si,
como lo leyeron, Dios no existe PORQUE
la existencia está sujeta al tiempo y al espacio, y Dios no está sujeto al
tiempo (ETERNIDAD) y mucho menos sujeto al espacio (OMNIPRESENCIA). Está frase
puede conciliar en alguna forma la constante discusión que se produce entre los
que creemos en Dios y los que no creen. Pero más allá de esto la pregunta que
hago es:
¿Qué podemos hacer al respecto?
La
respuesta me la dice el proverbio de hoy: No te pongas al nivel del necio, o resultará
que el necio eres tú. Proverbios 26:4
Tenemos
que entender que cada uno tiene su forma de pensar, pero no podemos en ningún
caso IMPONER nuestras creencias a los demás. Nosotros los cristianos solo
podemos hacer algo: SUBIR de nivel. Discutiendo con nuestros amigos
ateos no vamos a lograr mucho, y debatiendo en los foros y blogs por
internet menos. Por eso les repito; SUBAMOS de nivel. Si, nosotros que
creemos en Dios podemos SUBIR un nivel, y NO, no estoy diciendo que los que
creemos en Dios somos mejores que los ateos. Cuando hablo de SUBIR de nivel estoy hablando que
nosotros podemos subir al nivel de la
oración. Hablemos con Dios, pidámosle al Dios Todopoderoso para que aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre (Juan 1:9) pueda resplandecer sobre las vidas de los que no creen
en él, roguémosle al que no quiere que
nadie se pierda (2 Pedro 3:9) que de una u otra forma pueda manifestarse su
bondad en sus vidas y que puedan asimilar que aquel que dijo Yo soy el camino, y la verdad y la vida;
nadie viene al padre, sino por mi (Juan
14:6) vino al mundo a morir por ellos para
que todo aquel que en el crea, no se pierda, mas tenga VIDA ETERNA (Juan 3:16)
Creas en Dios o no, Él te ama.
Amen hermano, hermosa reflexión acerca de estar preparados para este tema y precioso concejo de Dios para nuestras vidas.
ResponderEliminarPueda ser que hallan mas blogs como el tuyo, a Dios sea la gloria, Él te continue usando hermano. Dios te bendiga, un abrazo freterno en el amor de nuestro Señor Jesucristo. Felicitaciones varón!!
Así es Max, gracias brother. La gloria es de Dios, y a orar más, porque esta es la mejor arma que podemos usar en cualquier circunstancia. Dios te bendiga.
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