viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Lo quiero o lo necesito?





“El que ama el placer se empobrece, quien ama vino y perfumes no se hará rico.” Proverbios 21:17 La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

 El camino hacia la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.” Benjamin Franklin.

En la gran mayoría de los países del mundo se celebra la Navidad, una época especial donde las familias se reúnen para compartir en paz y armonía. Un tiempo donde el amor y la alegría llenan los hogares, los niños (y los no tanto) abren con mucha expectativa y felicidad sus regalos, la visita de seres queridos desde algún lugar lejano es parte de la bitácora navideña, intercambio de regalos con los compañeros de clase o trabajo, celebraciones de fin de año y un montón de actividades que forman el ambiente navideño donde celebramos (sea la fecha correcta o no) que Dios envió a su único hijo para salvar el mundo. 


Sin embargo no todo es color de rosa, o en este caso, de color rojo y verde; porque el comercio hizo su trabajo. Si, el comercio hizo su trabajo porque aprovechándose del “ambiente navideño” apenas llega el mes de diciembre las tiendas empiezan a colocar su mercancía en “oferta”, todas los establecimientos comerciales lucen extraordinariamente adornados (incluyendo al personal humano), luces, árboles de navidad, el popular Santa Claus, y un sinfín de accesorios que provocan en las personas (especialmente en las poco calculadoras e inteligentes) un frenesí por las compras. Todos quieren comprar, comprar, comprar. Algunos más “audaces” se apropian de Isaías 55:1 y ¡quieren comprar sin dinero! (es una broma xD) pero lo cierto es que en esta temporada salen más productos al mercado que en ninguna otra.



Entre lo que se puede adquirir en este tiempo, podemos mencionar: juguetes, de todas las clases, tipos, tamaños, colores, materiales, y creencias (Ja!); cámaras fotográficas, todas las marcas, todos los tamaños, con lente, sin lente, etc; teléfonos y celulares, NO inteligentes, inteligentes( Si, aquellos que son más inteligentes que los dueños jeje); computadoras, de mesa, portátiles, tablets, etc; electrodomésticos y muchísimas cosas más (ropa, libros, relojes, cd, dvd, joyas, etc). Y es que como dije anteriormente, el comercio hizo su trabajo, basta con sentarte a ver tu programa de TV favorito y cuando venga la publicidad seguramente de diez comerciales, verás cuatro de juguetes, dos de perfumes, uno de ropa.



Sin ser ignorantes de esta situación, una gran cantidad de empresas (por lo menos las buenas) públicas o privadas, haciendo gala de su buena fe (quiero creer eso aunque no estoy muy seguro) le otorga a sus empleados bonos navideños, pago de utilidades y los famosos aguinaldos (aquí en Venezuela, no sé si sucede en otros países) con el propósito de que el empleado disponga de los recursos suficientes para comprar lo que necesita o para... para… para …(no se me ocurre otra razón)para gastarlos en cuanta idea le cruce por la mente. Muchos de los empleados no están acostumbrados ni preparados para tener esa cantidad de dinero y por ende, comienzan a gastarlo en artículos que sencillamente, en otra época no se gastarían, pero, no se te olvide, estamos en Navidad y “parece ser” que cualquier motivo es bueno para derrochar el dinero.


Es muy poco inteligente gastar el dinero que tengamos apenas nos llegue a los bolsillos. Si nosotros le entregamos nuestra vida a Dios, se la entregamos con todo y cuenta bancaria. Como cristianos debemos ser buenos administradores de todo lo que Dios nos ha dado, incluso el dinero. El Rey David le dice a Dios en 1 Crónicas 29:14Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.” Es necesario tener claro que TODO lo que hemos recibido ha sido gracias a la provisión que Dios nos ha hecho.


El Apóstol Pablo escribe en su carta a los Filipenses, en el capítulo 4, versículo 19: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.” Algunas personas usan este versículo para decir que Dios les suplirá TODO lo que QUIEREN, pero en realidad Dios va a suplir es TODO lo que NECESITAN, y hay una GRAN DIFERENCIA entre lo que necesitamos y lo que queremos.  

Una ilustración al respecto: Si ponemos a elegir a un niño entre una cesta de chocolates, caramelos y dulces, y una cesta de frutas y vegetales, ¿qué escogería el niño? Por supuesto que la cesta de chocolates y dulces porque es lo que el niño QUIERE, pero lo que el niño NECESITA son las frutas y los vegetales. De esta misma forma debemos pensar que Dios va a suplir TODO lo que NECESITAMOS y NO todo lo que QUEREMOS, sencillamente porque a veces queremos cosas que NO nos harán beneficio. Cuando somos adolescentes, por lo general, todos queremos un automóvil, pero ¿Necesitamos un automóvil? ¿Es algo de primera necesidad? Sinceramente, creo que es mucho más peligroso un adolescente con carro que uno sin carro (aunque con o sin carro son peligrosos xD) 



Cuando Jesús se bautizo en el Jordán, nos dice la escritura en Lucas 3:22 (NVI) “y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma de paloma. Entonces se oyó una voz del cielo que decía: «Tú eres mi Hijo amado; ESTOY MUY COMPLACIDO CONTIGO (énfasis mío).» Una declaración impactante que me dice a Quien verdaderamente es que debemos darle placer, y es a nuestro Padre Celestial. Que todo lo que hagamos sea para el placer de Dios, y nosotros gocémonos porque estamos agradando a nuestro Señor. Si Dios nos ha dado cierta abundancia es responsabilidad nuestra que la usemos como a Dios le agrada, después de todo EL nos la dio y  estamos tratando de agradarle ¿o no?


No estoy diciendo con esto que debamos tener una vida insípida, que no compremos nada en navidad, que no regalemos, que no compremos ropa y vayamos por el mundo dando lástima. No. Lo que si pretendo es que podamos, como decimos en Venezuela: “arroparnos hasta donde nos llega la cobija” No es falta de fe, es simplemente la realidad. No es inteligente gastarnos varios meses de sueldo en un iPhone 5, y después estar “ayunando” y no precisamente por estar buscando una revelación de Dios (el que sepa que entienda) 


¿Qué podemos hacer? Pensar, y no solo pensar, pensar en el futuro. Consultemos a Dios: digámosle con confianza: Señor, ¿Será tu voluntad que yo compre esto? Antes de comprar (funciona mucho mejor antes de estar frente al vendedor con el artículo en una mano y la tarjeta en la otra) pregúntate: ¿Cómo se agradará Dios si yo compro esto? ¿Seré yo el ÚNICO beneficiado? ¿Cuántas personas se beneficiarán de esto? ¿Necesito esto de verdad o simplemente lo quiero porque tengo el dinero? Si hacemos esto, seguramente elegiremos con sabiduría y Dios se complacerá de nosotros.


Los lujos son para las personas ricas, si tú eres un millonario bendecido por Dios: Felicidades, los lujos son para ti, disfrútalos agradando a Dios; pero si no, te hago un llamado a la reflexión, si sigues gastando en lujos nunca llegarás a ser rico. Agrademos a Dios. Dios te bendiga.


PD: Antes de que gastes todo el dinero pensando que Los Mayas tienen razón, NO LO HAGAS. El fin del mundo no será todavía. Solo Dios lo sabe.






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