viernes, 28 de diciembre de 2012

Olas, críticas y criticones.



"A fin de cuentas, la gente aprecia la crítica sincera mucho más que la adulación." Proverbios 28: 23 (NTV)


"No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que son demasiado cobardes para manifestarla". Napoleón Bonaparte


Vivimos en una sociedad donde, metafóricamente hablando, vivimos en  el mar (literalmente para mí que vivo en la Isla de Margarita), pero más específicamente en una Ola (sin alusión personal a nuestra Miss Venezuela 2011 Irene Esser). Si, en una ola. Cada día agarramos nuestra tabla de surf, y nos aventuramos en la bravura del Océano en búsqueda de una ola, la mejor ola. Aquella ola que nos permita subir hasta lo más alto, donde los demás surfistas y espectadores en la arena puedan vernos. Mientras estamos allá arriba muchos empezarán a halagarnos, a decirnos lo bien que lo estamos haciendo, algunos más entusiastas aplaudirán. 

Seguro escucharemos a más de uno gritar desde la arena:

¡Ese es mi primo!” (un desconocido)

Cuidado te caes de ahí mijo lindo” (madre preocupada)

Tú puedes corazón” (la novia)

Te amo” (una desconocida)

Se te caes te vas a dar durísimo” (los mejores amigos)



Y así, oyendo esas frases motivadoras (y algunas no tanto) seguimos en la cresta de la ola. Ya por dentro estamos pensando “Que Kelly Slater ni que nada, aquí estoy yo”(Kelly Slater es el de las fotos y ONCE veces ganador del campeonato mundial de surf). Pero, no todo es color azul pacífico. De repente,  el escenario menos pensado, lo que nadie se imaginó (o imaginaban pero no decían), la única forma en que no queremos que termine la película. Un viento fuerte, un surfista atravesado, un pequeño despiste, un mínima falla de concentración y ya ustedes saben que pasó. Tranquilos, no estamos muertos; unas raspaduras y moretones, la tabla quedó hecha pedazos, pero nada alarmante. La revolcada no nos quitó la vida, pero si se llevó nuestro orgullo y el trofeo de “Mejor Surfista del Mundo”. Después de la caída es que pensamos: “Si me hubieran dicho que ya tenía la puntuación más alta, me hubiese salido de la Ola


La vida de la humanidad parece estar llena de “Si me hubieran dicho”


Si me hubieran dicho que la clase que estaba estudiando no era la del examen...

Si me hubieran dicho que casarme a los diecisiete no era una excelente idea como pensaba...

Si me hubieran dicho que vender la casa no era una decisión del todo sabia…

Si me hubieran dicho que ser líder es mucho más que mandar a los demás…


A veces los consejos que más necesitamos, llegan, pero llegan tarde. Algunas veces porque las personas a nuestro alrededor no quieren decirlo, y en otras sencillamente nos hacemos los locos.


El proverbio de hoy dice:

A fin de cuentas, la gente aprecia la crítica sincera  mucho más que la adulación. Proverbios 28: 23


Aprendo con este verso tres verdades que vale la pena cultivar para ser mejores personas y también mejores cristianos.


1.- La crítica sincera es mejor que la adulación.


Muchas personas se acercarán a nosotros para pedir nuestra opinión con respecto a algo que ellos hicieron, están haciendo o por hacer. Si ese proyecto no va por buen camino a tu parecer, pues simplemente di la verdad pero con amor. Con amor todo es más fácil. Puedes decirle las cosas que están bien pero NO olvides decirle los aspectos que necesitan mejoras. Si queremos de verdad lo mejor para esa persona, pues tendremos que decirle la verdad aunque sea dura. Pero repito: decir la verdad con amor. Recuerda que por alguna razón esa persona ha venido a ti, seguramente es muy importante tu opinión para ella (puedes ser su líder, pastor, amigo de confianza) y por esto no puedes dejarla ir sin que considere los puntos que necesitan mejoras.


Si somos nosotros los que recibimos la crítica sincera, NO la desechemos. Sé que es duro cuando piensas que tienes una idea brillante cuando llega alguien de repente y ¡pow! De un solo golpe te bajó de la máquina para viajar en el tiempo cuando ya estabas pensando viajar al Valle de Ela para ver como David mató a Goliat. Tranquilo, ¿acaso Dios no te podría estar alertando a través de “esa persona” (si, esa que menos imaginas) para que no cometas un grave error?  Si Dios abrió la boca de un asna para hablarle a Balaam, (Números 22:28) ¿Cómo no va a poder usar a “esa persona” para decirte algo? Recuerda que para Dios no hay NADA imposible. Creo que podemos orar más y reflexionar sobre “nuestras brillantes ideas”


2.- Ser críticos NO es ser criticones. Mucho cuidado con esto. Se ha visto en nuestras iglesias la murmuración y maldiciones disfrazada de “crítica constructiva”. Personas que por su edad o por sus años en la iglesia, se acercan a ti con la excusa de querer aconsejarte cuando lo que hacen (voluntariamente o no) es desanimarte y desilusionarte. Esto no debe permitirse ni en nuestras iglesias ni en ningún otro lado. Aunque es cierto que en las canas hay sabiduría, hay otras canas no tan sabias. Es en estos casos donde nosotros tenemos que ser más sabios que nunca y practicar eso que el Apóstol Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 5.21

“Examinadlo todo, retened lo bueno” sin necesidad de hacer un escándalo ni crear un alboroto, puedes oírle y después analizas sus palabras para ver si se puede retener algo bueno. En caso de que vuelva a suceder lo mismo con otra persona o contigo nuevamente, ya es un caso de Asuntos Internos que tienes que tratar con tu pastor, no vaya a ser que haya una cabra disfrazada de oveja.



También nosotros cuidémonos de esta actitud crítica, no vaya a ocurrir que se nos pegue la mala maña de criticar todo y seamos nosotros los que estemos derribando lo que Dios quiere hacer.  Sigamos el consejo de Santiago que nos dice “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse” Santiago 1:19



3. Seamos esa GENTE que aprecia mas la crítica sincera que los halagos. Sin duda que aquí está la gran enseñanza porque NO todos (por no decir que muy pocos) prefieren oír la crítica antes que la adulación; la mayoría prefiere oír a los que están de acuerdo con su forma de pensar, a los que les dan solo palabras de ánimo, los que le felicitan; y cuando viene alguien a decirle que podía haberlo hecho mejor (con buenas intenciones), o a sugerir algo que lo impulse mas allá, lo ignoran porque no le agrada lo que le dijeron. Esto no es de sabios.


Si queremos ir hacia adelante, llegar a mejores puestos, que nuestros proyectos avancen, que nuestras congregaciones crezcan espiritualmente, necesitamos oír consejos. Ser de esas personas que aprecian más las críticas de corazón que los halagos sin sentidos.


Para concluir quiero decirte que Dios quiere mantenerte en la cresta de la ola. Eso si te digo. Será necesario que lo oigas. Oye las voces desde la arena. Afina el oído. Una de esas voces es la de Dios.  

No dejes que los halagos tapen la única voz 
que necesitamos oír, La Voz de Dios.


Si quiere comentar, eres bienvenido. Aprendí a valorar la crítica sincera. Opina con libertad que yo tomaré el consejo de 1 Tesalonicenses 5.21

“Examinadlo todo, retened lo bueno”

Dios te bendiga.

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