"A
fin de cuentas, la gente aprecia la crítica sincera mucho más que la
adulación." Proverbios 28: 23 (NTV)
"No hay que temer
a los que tienen otra opinión, sino a aquellos que son demasiado cobardes para
manifestarla". Napoleón Bonaparte
Vivimos
en una sociedad donde, metafóricamente hablando, vivimos en el mar (literalmente para mí que vivo en la
Isla de Margarita), pero más específicamente en una Ola (sin alusión personal a
nuestra Miss Venezuela 2011 Irene Esser). Si, en una ola. Cada día agarramos
nuestra tabla de surf, y nos aventuramos en la bravura del Océano en búsqueda de una ola, la mejor ola. Aquella ola
que nos permita subir hasta lo más alto, donde los demás surfistas y
espectadores en la arena puedan vernos. Mientras estamos allá arriba muchos empezarán a halagarnos, a decirnos lo bien que lo
estamos haciendo, algunos más entusiastas aplaudirán.
Seguro escucharemos a más
de uno gritar desde la arena:
“¡Ese
es mi primo!” (un desconocido)
“Cuidado
te caes de ahí mijo lindo” (madre preocupada)
“Tú
puedes corazón” (la novia)
“Te
amo” (una desconocida)
“Se
te caes te vas a dar durísimo” (los mejores amigos)
Y
así, oyendo esas frases motivadoras (y algunas no tanto) seguimos en la cresta
de la ola. Ya por dentro estamos pensando “Que Kelly Slater ni que nada, aquí
estoy yo”(Kelly Slater es el de las fotos y ONCE veces ganador del campeonato mundial de surf). Pero, no todo es color azul pacífico. De repente, el escenario menos pensado, lo que nadie se
imaginó (o imaginaban pero no decían), la única forma en que no queremos que
termine la película. Un viento fuerte, un surfista atravesado, un pequeño
despiste, un mínima falla de concentración y ya ustedes saben que pasó. Tranquilos,
no estamos muertos; unas raspaduras y moretones, la tabla quedó hecha pedazos,
pero nada alarmante. La revolcada no nos quitó la vida, pero si se llevó nuestro
orgullo y el trofeo de “Mejor Surfista del Mundo”. Después de la caída es que
pensamos: “Si me hubieran dicho que ya tenía la puntuación más alta, me hubiese
salido de la Ola”
La
vida de la humanidad parece estar llena de “Si me hubieran dicho”
Si
me hubieran dicho que la clase que estaba estudiando no era la del examen...
Si
me hubieran dicho que casarme a los diecisiete no era una excelente idea como
pensaba...
Si
me hubieran dicho que vender la casa no era una decisión del todo sabia…
Si
me hubieran dicho que ser líder es mucho más que mandar a los demás…
A
veces los consejos que más necesitamos, llegan, pero llegan tarde. Algunas veces
porque las personas a nuestro alrededor no quieren decirlo, y en otras sencillamente
nos hacemos los locos.
El
proverbio de hoy dice:
A
fin de cuentas, la gente aprecia la crítica sincera mucho
más que la adulación. Proverbios 28: 23
Aprendo
con este verso tres verdades que vale la pena cultivar para ser mejores
personas y también mejores cristianos.
1.-
La crítica sincera es mejor que la adulación.
Muchas
personas se acercarán a nosotros para pedir nuestra opinión con respecto a algo
que ellos hicieron, están haciendo o por hacer. Si ese proyecto no va por buen
camino a tu parecer, pues simplemente di la verdad pero con amor. Con amor todo
es más fácil. Puedes decirle las cosas que están bien pero NO olvides decirle
los aspectos que necesitan mejoras. Si queremos de verdad lo mejor para esa
persona, pues tendremos que decirle la verdad aunque sea dura. Pero repito:
decir la verdad con amor. Recuerda que por alguna razón esa persona ha venido a
ti, seguramente es muy importante tu opinión para ella (puedes ser su líder,
pastor, amigo de confianza) y por esto no puedes dejarla ir sin que considere
los puntos que necesitan mejoras.
Si
somos nosotros los que recibimos la crítica sincera, NO la desechemos. Sé que
es duro cuando piensas que tienes una idea brillante cuando llega alguien de
repente y ¡pow! De un solo golpe te bajó de la máquina para viajar en el tiempo
cuando ya estabas pensando viajar al Valle de Ela para ver como David mató a Goliat. Tranquilo, ¿acaso Dios no te
podría estar alertando a través de “esa persona” (si, esa que menos imaginas)
para que no cometas un grave error? Si Dios
abrió la boca de un asna para hablarle a Balaam, (Números 22:28) ¿Cómo no va a
poder usar a “esa persona” para decirte algo? Recuerda que para Dios no hay
NADA imposible. Creo que podemos orar más y reflexionar sobre “nuestras
brillantes ideas”
2.- Ser críticos NO es ser criticones.
Mucho cuidado con esto. Se ha visto en nuestras iglesias la murmuración y maldiciones disfrazada
de “crítica constructiva”. Personas que por su edad o por sus años en la iglesia,
se acercan a ti con la excusa de querer aconsejarte cuando lo que hacen
(voluntariamente o no) es desanimarte y desilusionarte. Esto no debe permitirse ni en nuestras
iglesias ni en ningún otro lado. Aunque es cierto que en las canas hay
sabiduría, hay otras canas no tan sabias. Es en estos casos donde nosotros
tenemos que ser más sabios que nunca y practicar eso que el Apóstol Pablo
escribió en 1 Tesalonicenses 5.21
“Examinadlo todo, retened lo bueno” sin
necesidad de hacer un escándalo ni crear un alboroto, puedes oírle y después
analizas sus palabras para ver si se puede retener algo bueno. En caso de que
vuelva a suceder lo mismo con otra persona o contigo nuevamente, ya es un caso
de Asuntos Internos que tienes que tratar con tu pastor, no vaya a ser que haya
una cabra disfrazada de oveja.
También nosotros cuidémonos de esta
actitud crítica, no vaya a ocurrir que se nos pegue la mala maña de criticar
todo y seamos nosotros los que estemos derribando lo que Dios quiere
hacer. Sigamos el consejo de Santiago
que nos dice “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír,
tardo para hablar, tardo para airarse” Santiago 1:19
3.
Seamos esa GENTE que aprecia mas la crítica sincera que los halagos. Sin duda
que aquí está la gran enseñanza porque NO todos (por no decir que muy pocos)
prefieren oír la crítica antes que la adulación; la mayoría prefiere oír a los
que están de acuerdo con su forma de pensar, a los que les dan solo palabras de ánimo, los que
le felicitan; y cuando viene alguien a decirle que podía haberlo hecho mejor
(con buenas intenciones), o a sugerir algo que lo impulse mas allá, lo ignoran
porque no le agrada lo que le dijeron. Esto no es de sabios.
Si
queremos ir hacia adelante, llegar a mejores puestos, que nuestros proyectos
avancen, que nuestras congregaciones crezcan espiritualmente, necesitamos oír
consejos. Ser de esas personas que aprecian más las críticas de corazón que los
halagos sin sentidos.
Para concluir quiero decirte que Dios
quiere mantenerte en la cresta de la ola. Eso si te digo. Será necesario que lo
oigas. Oye las voces desde la arena. Afina el oído. Una de esas voces es la de
Dios.
No dejes que los halagos tapen la única voz
que necesitamos oír, La Voz
de Dios.
Si quiere comentar, eres bienvenido. Aprendí
a valorar la crítica sincera. Opina con libertad que yo tomaré el consejo de 1
Tesalonicenses 5.21
“Examinadlo
todo, retened lo bueno”
Dios
te bendiga.
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